21.2.12

La cabaña de Heidegger

Sólo si somos capaces de habitar podemos construir.[1]
Heidegger



Una casa tradicional de la Selva Negra sirve a Heidegger para ilustrar una forma de construir para habitar: no quiere decir que debiéramos volver a construir de esta manera, aunque podríamos hacerlo. Él mismo decide habitar un espacio en la Selva Negra para hacerse un lugar, su retiro en la provincia:[2]lo llamó la cabaña[3]. Pasa  allí cerca de 10 años trabajando en sus escritos filosóficos. Este es el lugar al que permanece ligada la filosofía de Heidegger: una gran parte de su obra Ser y Tiempo fue escrita en ese lugar. Él mismo lo describe :

En su planta mide seis por siete metros.
El techo bajo recubre tres cuartos: la cocina, el dormitorio y una celda de estudio. Dispersos en la estrecha base el valle y en la misma escarpada pendiente, en la contraladera, se ven los cortijos de los campesinos ampliamente emplazados, con sus grandes techos sobresalientes. Ladera arriba se extienden los pastizales y potreros hasta llegar al bosque con sus viejos, empinados y oscuros abetos. Sobre todo esto, un claro soleado, en cuyo espacio resplandeciente se elevan, haciendo grandes círculos, dos azores.[4]

Heidegger distingue entre el lugar común y lugar propio, un mundo público y otro más cercano: el mundo más cercano al Dasein[5] cotidiano es el mundo circundante.[6]Éste debía ser su lugar propio.
Reconoce que él mismo no contempla el paisaje que le circunda del mismo modo que el veraneante, no se siente estimulado, como el visitante, ante estas estadías campestres. Siente que hay una co-pertenencia entre su trabajo filosófico y el trabajo de los campesinos de la Selva Negra. Un mundo que sostiene y guía su mundo.
Mundos distintos, el del hombre del campo y el de ciudad, con distinta concepción del espacio, la naturaleza, la relación con otros, y consigo mismo. La conversión de un espacio en lugar, a través de la mismisidad[7] del hombre es esencial para entender la visíon poética del habitar que, Heidegger, desarrollará más adelante en 1954 con Poéticamente habita el hombre.


                                                              

En este video se puede hacer una visita a Die Hutte /La Cabaña acompañados por Hermann, hijo de Martin Heidegger .

Sobre Die Hutte existe una interesantísima publicación del arquitecto Adam Sharr con planos y fotografías del lugar y de sus habitantesLa cabaña de Heidegger Un espacio para pensar. Barcelona: Editorial Gustavo Gili,2009.

9788425222047_06_x[1] Martin Heidegger. «Construir, habitar, pensar», en Conferencias y artículos. Barcelona: Ediciones del Serbal, 1994, p.141.
[2] En septiembre de 1933 es llamado a ocupar una cátedra en Berlín, y rechaza esta segunda invitación para ser profesor en la Universidad. En un texto escrito en marzo de 1934 expone las razones de permanecer en la provincia. Martin Heidegger. Schöpferische Landschaft: Warum bleiben wir in der Provinz? Der Alemanne, Marzo 7 de 1934, p. 1. Schneeberger, apartado 185, pp. 216-218. Citado de la trad. esp. de Marcos Huerta, Paisaje creador: ¿Por qué permanecemos en la provincia? En: Huerta, Marcos G. La técnica y el estado moderno. Heidegger y el problema de la historia. Santiago de Chile: Universidad del Chile, 1980, pp.60-63.
[3] Die Hütte -la cabaña- como la llamó Heidegger fue un regalo de su esposa Elfride, situada en una ladera, sin un camino marcado, cerca de Todtnauberg. La casa existe en la actualidad convertida,  por su carga emocional e histórica,  en  lugar (antropológico) 
[4] Martin Heidegger. Paisaje creador: ¿Por qué permanecemos en la provincia?, op. cit., p. 60.
[5] El “Ser ahí” de Heidegger es la traducción del término alemán Dasein, que también puede ser: ser-aquí, estar aquí. Y en el lenguaje filosófico y en el lenguaje corriente significa: existencia. En algunas traducciones de este autor, este término queda sin traducir: en Heidegger, adquiere un rango ontológico primordial. Ver: Escudero, Jesús Arián. Aclaraciones terminológicas en torno al informe Natorp de Heidegger. Signos filosóficos (Univ. Autónoma de Barcelona),2003, nº10, 103-126.
[6] Martin Heidegger. Ser y tiempo, (PDF) Santiago de Chile: Edición electrónica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS. 1997. ( 7 enero 2012) p.75.
[7] Hacerse y sentirse presente en lo que se hace. Arranca del decir yo, para Kant decir yo es decir yo pienso.

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